Ing. Lidia Medina
MP 180 CI
¡Jano bicéfalo, origen del año que transcurre en silencio,
único de los dioses de arriba que ves tu propia espalda,
asiste favorable a los conductores por cuyo trabajo la tierra fértil
obtiene la paz exenta de preocupaciones, el ponto obtiene el sosiego!
Fastos, Ovidio (43 a.C-17 d.C,)
Según la mitología romana Jano fue el primer rey del Lacio. Se dice que reinó junto al dios Saturno, quién le concedió poder para ver el pasado y, en simultáneo, el porvenir. Fue divinizado luego de su muerte. Es el dios romano de los inicios y de los finales. Se representa con dos rostros, uno que mira el pasado y otro hacia el futuro. Dio su nombre al mes de enero, Janus, el que marca la frontera entre el fin de un año y el comienzo del otro. También es el referente de las puertas, los cambios, los límites, las transiciones, el fin de la guerra y el inicio de la paz, de los auspicios y de los augurios.
Se desconoce su origen, algunos estudiosos lo asocian con un origen indoeuropeo, otros con los etruscos. Citas históricas de los inicios de nuestra era lo posicionan entre los dioses creadores o nativos del panteón arcaico romano, su culto era misterioso y su templo, localizado en el monte Janículo, en el ingreso a Roma, estaba provisto de una puerta doble que abría hacia adentro y otra hacia afuera, estos restos aún no fueron localizados por los arqueólogos. El santuario, con un alto contenido simbólico, se mantenía cerrado en tiempos de paz y se abría durante los de guerra. Jano tiene como atributos la llave que porta en la mano izquierda y el báculo, en la derecha. Algunos mitógrafos lo asimilan al rey de la Roma arcaica-Numa Pompilio (753-673 a.C.), que sucedió a Rómulo, fundador de Roma. Según el historiador Plutarco, Numa fue el creador del sistema religioso romano y erigió el primer santuario de Jano. Los reyes romanos eran además sumos sacerdotes y la convulsionada ciudad necesitaba instituciones espirituales sólidas y estables, que se mantuvieron hasta que se instauró el cristianismo.
Numa fue un gran administrador, produjo grandes reformas. Durante su reinado Roma se expandió territorialmente y se acuñaron las primeras monedas de oro. Posiblemente la numismática tome su nombre de él, aunque algunas fuentes refieren como etimología a la palabra griega nómisma-moneda.

As-moneda romana-Janus bifronte

Moneda romana-puerta del templo de Janus
A diferencia de otros dioses romanos arcaicos, como Venus y Júpiter, Jano no tiene referentes en el panteón griego. Era invocado en todas las transiciones para obtener protección frente a los cambios.
La tradición mítica indica que Rómulo estableció a mediados del siglo VIII a.C. un calendario de diez meses, que totalizaban 304 días. El rey Numa, para adaptar el calendario al ciclo lunar de 355 días, agregó dos meses más: el primero llamado Ianuarius, en honor a Jano y el segundo Februarios, mes de la purificación. El año comenzaba en marzo -con la primavera boreal- y finalizaba en febrero. El emperador Julio César estableció en el año 46 a.C. la adopción del ciclo solar y el año pasó a contar con 365 días.
Cuando César traslada el inicio del año de marzo a enero, Jano representa el inicio del año nuevo. Como intermediario entre hombres y dioses, era el primer en ser invocado en un ritual con ofrendas de incienso y vino. Para los buenos augurios y prosperidad durante el año que se inicia se repartían dátiles, higos y miel. Su culto público se mantuvo durante unos 1.100 años, hasta las guerras góticas del siglo VI d.C.
La imagen del Jano bifronte salió del ámbito de la ciudad de Roma no sólo como moneda circulante dentro del imperio. Los soldados y colonos de las distintas provincias romanas mantuvieron sus ritos fuera de Italia. Llamativamente, su persistencia en el tiempo se asocia a su integración en la iconografía cristiana.
Las representaciones de Jano se multiplicaron durante el medioevo como relieves en iglesias románicas, principalmente de la península ibérica. En el románico fueron cristianizados símbolos de pueblos paganos. La clave del claustro de la catedral de Pamplona, antiguo asiento romano, cuenta con una representación de Jano portador de llaves, en su carácter de guardián de las puertas y encrucijadas y también se lo encuentra en manuscritos iluminados, como es el caso de la representación del templo de Jano en el manuscrito Historia Antigua hasta César de la biblioteca de Dijon, catalogado como ms. 562, escrito en el siglo XIII en San Juan de Acre, última capital de las Cruzadas en Tierra Santa.

Templo de Jano, miniatura del manuscrito Historia Antigua hasta César, folio 204 vuelta-Biblioteca de Dijón-Francia

Jano portador de llaves, Catedral de Pamplona-España
Durante el Renacimiento, el papa Julio II (1503-1513) dio inicio a la apertura al público de las colecciones de arte clásico antiguo del Vaticano. En la segunda mitad del siglo XVIII se intensificaron las excavaciones arqueológicas que enriquecieron los fondos de obras de los museos vaticanos. Allí hay representaciones de Jano bifronte de las que no contamos con información de su origen y datación.

Que las representaciones de este dios pagano hayan trascendido su tiempo, y hasta el ámbito religioso, posiblemente se deba a las particularidades de sus atributos. Mirar el pasado y el futuro no sólo marca una continuidad temporal sino la necesidad de “saldar cuentas con el pasado y disponerse a bien para el futuro”.
De algún modo estaremos renovando el ritual de clausurar un año, desearnos buenos augurios para el año que se inicia y festejando las calendas de enero, todo bajo el auspicio de Jano.




